Este concepto, junto con los mecanismos de validación de transacciones en la red blockchain, nos llevó a idear la posibilidad de conectar nuestro cerebro a una plataforma digital (Datium) para que, a través de la interacción de los usuarios respondiendo preguntas generadas por inteligencia artificial y a su vez , creando preguntas que pueden retroalimentar a los mineros, quienes obtienen como recompensa una cuenta criptográfica unitaria ($MDCx, siglas de Medi-calx). De esta manera, la Prueba de Cerebro nació junto con la creación de una base de datos de crecimiento exponencial orgánico y, simultáneamente, comenzó la era del Protocolo de Conocimiento Colectivo.